“De la conciencia, a la evidencia”

Quería empezar esta Editorial, recogiendo una de las muchas definiciones de “Buenas prácticas”, fruto de un amplio conjunto de colaboraciones de expertos en la materia.

Buena Práctica: “Acción o conjunto de acciones que, fruto de la identificación de una necesidad, son sistemáticas, eficaces, eficientes, sostenibles, flexibles, y están pensadas y realizadas por los miembros de una organización con el apoyo de sus órganos de dirección, y que, además de satisfacer las necesidades y expectativas de sus clientes/usuarios, suponen una mejora evidente de los estándares del servicio, siempre de acuerdo con los criterios éticos y técnicos y alineadas con su misión, su visión y sus valores. Estas buenas prácticas deben estar documentadas para servir de referente a otros y facilitar la mejora de sus procesos”.

¿Qué puede interesarle a más ocho mil directivos de de la Seguridad Pública y Privada, la mayoría de Instituciones Públicas, Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y empresas, nacionales e internacionales: una tesis doctoral, un diagnóstico (semicientífico) de algún gran intelectual? ¿Qué puede ser interesante para aportarles información práctica?

¿Únicamente Conferencias magistrales de quienes se denominan gurús, libros, cursos; un inmenso escaparate del conocimiento (de salón); poco rentable, excepto para sus adeptos, focalizado al negocio de la venta?

¡Más vale un kilo de práctica, que una tonelada de teoría! Podemos pesar kilos y kilos de conocimiento (estratégico mucho mejor); lo podemos empaquetar, etiquetar, y finalmente exponerlo.

Un kilo de acción, de trabajo a pie de calle; dando la cara y ejemplificando la teoría abstracta en un comportamiento humano y profesional coherente, transparente.

La inteligencia de quién ha seleccionado e implementado, una pequeña Buena Práctica, sabe que puede servir para la transformación profesional, en un continuo crecimiento hacia la excelencia, de muchos profesionales de este importante sector.

Un kilo de práctica, además de aportar mejoras, donde se realice; sirve de ejemplo de cómo ponerse a trabajar, en lo cotidiano de las circunstancias que la realidad nos plantea.

Para quienes se preguntan sobre qué hacer para afrontar el futuro en los próximos años en nuestro sector, puede servir de reflexión que quizás necesitamos más BUENAS PRÁCTICAS; en todos, y a todos los niveles, y menos TEÓRIA ENLATADA.